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Alcoy, Alicante, Comunidad Valenciana

Pedro Martínez y Nico Rossage, de la peña Huestes Blanquiazules, fieles seguidores del Club Deportivo Alcoyano, prometieron en marzo de 2007 llevar una imagen de la Virgen de los Lirios a Torreciudad si algún día su equipo ascendía a Segunda División… como así fue. El acto de entrega tuvo lugar el domingo, 18 de septiembre de 2011, con motivo de la visita del Alcoyano al estadio del Alcoraz, de la Unión Deportiva Huesca, el sábado 17. En el cuadro hay una placa que dice: Al santuario de Torreciudad con motivo del ascenso del Club Deportivo Alcoyano. Temporada 2010-2011.

 

INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN

El 21 de agosto de 1653, el sacerdote alcoyano, Antonio Buenaventura Guerau, había acudido al paraje de la Fuente Roja del monte Carrascal con otros sacerdotes. Antonio decidió pasar la noche en vigilia, recitando el Rosario y contemplando el texto del Cantar de los Cantares: “Como lirio entre espinas, así es mi amiga entre las vírgenes” (II, 2). Al rayar el alba, paseándose por los alrededores de la Fuente Roja, vio con sorpresa, que entre unos zarzales había brotado un hermoso lirio. Sacó de raíz toda la planta; y en ella, al arrancar las hojas, halló admirablemente esculpida la Imagen de la Inmaculada Virgen María.

A pocos pasos el párroco de Confrides halló también otro lirio con la misma imagen. Asombrados por el hallazgo, y creyendo que lo que veían era debido a alucinaciones, les enseñaron los lirios a unos labriegos que por allí pasaban, que dijeron que “en eixa cebeta, hi ha la mare de Deu”. Una década más tarde, se inauguraba la ermita de la Fuente Roja para testimoniar el prodigioso hallazgo. Antonio Buenaventura, al celebrar allí su primera misa, pidió a la Virgen que le regalara con el hallazgo de un tercer lirio. La Virgen Inmaculada escuchó su oración y, muy cerca de la Ermita encontró con gran alegría el lirio y, en su raíz, la misma imagen de la Purísima Concepción. La imagen fue encargada en el año 1764. Es una Purísima, con un lirio a sus pies, y junto a ella San Felipe Neri, a cuya congregación pertenecía, el hombre que los encontró.