Alzira, Valencia, Comunidad Valenciana

Esta imagen vino el 15 de junio de 1986, acompañada por el Rector de su Santuario, Presidente de la Cofradía, colonia alzireña en Valencia, falleras mayor e infantil y Cofradía de los santos patronos Bernardo, María y Gracia. Esta copia fue entregada en la peregrinación de octubre de 1986.
INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN
La piadosa leyenda sobre el origen de la imagen de Nuestra Señora del Lluch, refiere que un pastor alzireño, de nombre Lluch (Lucas en castellano), se hallaba con su rebaño, junto a la orilla del río Xuquer y encontró, entre los restos de un barco naufragado, una pequeña escultura de la Virgen María, que recogió y entregó al municipio para su culto, decidiéndose por todos que sería entronizada en el ermitorio del cercano monte del Salvador, desde donde protegería por igual, a todos los alzireños. Antiguamente, el río era navegable hasta Alzira y era frecuente utilizar los barcos como medio de transporte, para el transito de las cosechas de los labradores de la comarca. Era costumbre, igualmente, situar esculturas religiosas en la proa de las naves, como queriendo invocar la protección divina para los navegantes.
La antigua imagen de la Virgen del Lluch era un alto relieve de madera de molave (vitex geniculata), de unos cincuenta centímetros de altura, policromado, que estuvo unido con anterioridad, a una estructura mayor (la proa de un barco o incluso un retablo), donde estuvo integrado, antes de su veneración pública, portando al Niño Jesús en su mano izquierda y en la derecha un ramo de azahar. La imagen, de tez morena, (de ahí el cariñoso apelativo popular de la “Moreneta”), iba cubierta por túnica y manto, con aureola de doce estrellas y coronas reales.
El primer documento histórico conservado en la actualidad, hace referencia al donativo del municipio para ayudar a los gastos de la procesión que desde la Villa, se realizó hasta el ermitorio del Salvador, el 5 de Agosto de 1699, cuando fue entronizada en dicha iglesia:
“Item, dit día, pagà al hermità de Sent Salvador per a ajuda de costa per a puchar en processó a la Mare de Déu del Luc y collocarla en dita hermita… 1 liura”.
(Archivo Municipal de Alzira, Llibre del Menut, año 1699)
Este dato histórico permite saber que con anterioridad, ya se encontraba en Alzira y que era suficientemente conocida y venerada por los fieles, para poder ser trasladada en procesión hasta el monte del Salvador, en la festividad mariana de Santa María la Mayor, víspera de la del Salvador, uno de los santos propios de la Villa.
Durante el siglo XVIII existe constancia de numerosas reparaciones en el ermitorio, compartiendo la titularidad hasta que con el tiempo, pasa a ser conocido por todos, autoridades, clero y fieles, como ermita de Nuestra Señora del Lluch. El rápido incremento del culto a la Virgen del Lluch hace que en 1757 las autoridades locales la reconozcan como imagen “milagrosísima” y “propia de la villa”. La imagen comienza a ser bajada a la ciudad, primero como protectora de los alzireños ante epidemias, como el cólera y después, para ser festejada por su protección ante estas catástrofes, institucionalizándose, con el tiempo, la bajada de forma anual.
Primeramente, la Virgen del Lluch, es invocada por los labradores, que la aclaman como patrona y la festejan en su ermitorio. Poco a poco, ese patrocinio se extiende por toda la ciudad y en 1835, las autoridades municipales la reconocen como patrona de la Villa junto con San Bernardo mártir, participando habitualmente, desde el siglo XIX, en las fiestas patronales.