Halle, Bélgica

Devotos de esta advocación mariana llegaron a Torreciudad el 10 de agosto de 2004.
INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN
Adelaida (Alix) de Holanda regaló la estatua de Nuestra Señora a la ciudad con motivo de su boda con Juan I de Avesnes, heredero del condado de Henao. Esta sería la estatua que se convertiría en un motivo de culto. La imagen se ubica en la Basílica de San Martín. también conocida como la iglesia gótica de Nuestra Señora, es una basílica en el estilo del alto Gótico que fue un sitio popular de peregrinaje desde los siglos XIV y XV. La iglesia contiene una imagen famosa de la Virgen Negra. Nuestra Señora de Halle es una representación de la Virgen María perteneciente a Santa Isabel de Hungría y protectora de los Países Bajos durante la Guerra de Flandes. En la ciudad belga de Halle, perteneciente a la región flamígera de la provincia de Brabante, se encuentra una preciosa imagen de la Santísima Virgen, conocida como Nuestra Señora de Halle o la Virgen Negra de Halle, debido al color de la madera en la que la imagen está tallada. Esta sencilla estatuilla de la Virgen Lactante, a la que le están atribuidos incontables milagros, tiene un origen muy antiguo y especial. Cuenta la tradición que la presencia de dicha imagen en Halle fue mérito de Santa Isabel de Hungría. Esta princesa de la Dinastía Real de los Árpad, descendientes de los antiguos líderes tribales eslavos durante el Imperio Romano, era también pariente de los reyes San Esteban y San Ladislao. Su familia se distinguía por la piedad, y su nombre se distribuyó por la cristiandad gracias a su santidad, y a la de su sobrina, Santa Isabel de Portugal.
Una de las hijas de Santa Isabel, llamada Sofía de Turingia, fue la encargada de depositar a la Virgen Negra en Halle, cuando viajó ahí con 17 años para su matrimonio con Enrique II, Duque de Brabante. A pesar de ya ser huérfana al momento de casarse, Sofía llevó consigo aquella imagen que su madre Santa Isabel le había regalado, y a la que le tenía una especial devoción. Aquella imagen sería la que acompañaría a Sofía en todas las campañas que libró contra su primo y el arzobispo de Mainz para obtener el territorio de Hesse, que reclamaba como herencia de su padre. Tras la victoria en la guerra de sucesión de Turingia y Hesse, Sofía, quiso agradecer a la Virgen engrandeciendo la entonces Parroquia de San Martín, para colocar ahí la venerada imagen de Nuestra Señora, la cual se estableció en una capilla de la iglesia en el año 1267. En las inmediaciones a su colocación en la Parroquia de San Martín, los peregrinos comenzaron a llenar la iglesia debido a los incontables milagros que decían de esta imagen, que había pertenecido a Santa Isabel de Hungría y a través de ella a su hija Sofía, Duquesa de Brabante. Ya en 1286, fue necesario ampliar la capilla donde se depositaba, y en 1335 se transforma la Parroquia de San Martín en Santuario de Nuestra Señora de Halle, consiguiéndose por intercesión de numerosos obispos una bula papal que concedía cuarenta días de indulgencia para los que peregrinasen a él.
Un registro encontrado en la cripta de la iglesia, testifica la existencia de 59 milagros concedidos para esa fecha, así como los nombres de diez mil peregrinos, entre ellos varios príncipes ilustres de la edad media. En ese santuario se enterró el príncipe Joaquín, hijo del delfín Luis de Francia, más tarde conocido como el Rey Luis XI el Prudente. La intervención milagrosa de la Virgen Negra de Halle se hizo patente con los dos sitios que la ciudad sufrió en 1489 por parte de Felipe de Cléveris, Señor de Ravenstein, haciendo frente a la revuelta surgida contra el Emperador Maximiliano de Habsburgo, y la segunda en 1580, durante la Guerra de Flandes, por parte de los protestantes de Bruselas al mando del coronel Olivier van den Tympel, gobernador de Bruselas durante la «república calvinista». Si la ciudad se salvó fue gracias a las acciones milagrosas de la Virgen, que según se cuenta, desviaba los proyectiles lanzados por los cañones durante el asedio, siendo muchos de ellos encontrados más tarde guardados en la torre de la iglesia, de manera inexplicable y milagrosa.