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Catania, Sicilia, Italia

La asociación juvenil «Scintilla», de Catania (Sicilia, Italia), después de ganar el Festival Internacional de la Canción de Carena (Barcelona) vino a conocer Torreciudad el 20 de Febrero de 2012 y dejó esta imagen de la Virgen siciliana como recuerdo de su visita.

 

INFORMACIÓN SOBRE ESTA ADVOCACIÓN

Ognina (Lògnina en dialecto de Catania) es un distrito en la zona noreste de la ciudad de Catania, parte del Distrito II, resultado de la fusión de los antiguos Municipios II y IV en 2013, y que también incluye los distritos de Barriera del Bosco, Canalicchio, Cardenal Dusmet Village, Picanello, San Giovanni li Cuti y Guardia. La espléndida estatua de la Virgen venerada en el templo de Ognina fue realizada en París por un monje cisterciense – como se informa en la base del mismo simulacro – en 1889. Reemplaza a la antigua estatua de Santa Maria di Lògnina severamente dañada por un incendio en la tarde del 8 de septiembre de 1885 para clausurar la fiesta patronal. Varios autores hablan de esta estatua anterior como una obra del ‘600 y’ 700 y la describen con el Divino Niño en sus brazos. el material está hecho de madera; el vestido de la Gran Dama, teñido con el color del chermisi; y el manto de color celeste; pero el aire del rostro es tan venerable y devoto, que el éxtasis arrebata todo corazón (G. A. Massa).

En la imagen de una Madre era, por tanto, la estatua antigua y ciertamente no muy diferente de la actual. Lamentablemente, no lo recordamos; y aunque la Iglesia está dedicada a la Natividad, la literatura siempre la confirma con el título de Santa Maria di Lògnina. El nombre de Niña le fue dado de manera precaria en los años siguientes a 1885, cuando una imagen de cera de María envuelta en pañales fue expuesta temporalmente en la cuna. El verdadero título, por tanto, no es el de Virgen María, sino el de Nuestra Señora de Ognina. Con motivo del centenario de la estatua actual en 1989, Sebastiano Milluzzo de Catania realizó una restauración. Realizada íntegramente en madera, muestra a la Madre cargando al Niño en su brazo izquierdo, mientras que con su mano derecha señala su Corazón atravesado por una daga. El Niño sonriente, también coronado, sostiene el mundo en su mano izquierda para significar que el Hijo de Dios ha venido entre los hombres, mientras que con su mano derecha nos bendice.