La artista madrileña Pilar García de Moreira ha descubierto en el Altoaragón un filón de una riqueza inigualable para reflejar su arte, a partir de flores que seca y plasma con diversas combinaciones, hasta alcanzar los cien cuadros en estos cuatro años.
Pilar, doctora en Filología Francesa, madre y abuela, acaba de exponer con gran éxito una selección en El Grado y contó su experiencia vital en Torreciudad. « El colorido, la luz y sol de esta tierra me cautivaron desde mi primer viaje, hace 30 años. Vengo cada vez más, y ya desde La Muela noto la diferencia en los colores, que se acentúa al alcanzar el Altoaragón », señaló en un coloquio. Esta artista autodidacta, que vuelca toda su fantasía e imaginación en las composiciones, forma parte del grupo madrileño A 3, integrado por tres artistas que incluyen el arte figurativo, el impresionismo y la propia aportación de Pilar, que es « el arte plástico, la magia de las flores y de la naturaleza ».
Explica que suele comprar las flores en los viveros de Barbastro, ciudad que conoce además muy bien. « Tienes en la plaza del Matadero unos pensamientos amarillos y violáceos muy interesantes, mientra que es fácil advertir cómo las adelfas y pensamientos cercanos a la estación de autobuses tienen un colorido más apagado por la contaminación ». La limpieza de la atmósfera es una de las razones que explican según Pilar la fuerza de los colores, en comparación con las ciudades. « La lavanda en Madrid se seca en un rosa pálido, y aquí es fuerte. El romero es muy distinto en Huesca, lo mismo que el tomillo ».
Pilar se refiere a otras flores, como las petunias, los claveles chinos o tajetes, la verbena, « que tiene una gran variedad, del morado al blanco, el júpiter, de color lila, o las hojas de las adelfas, de un verde intenso color manzana ». Cuenta cómo cuece el romero, lo seca y lo estampa, saliendo con rojo sangre de toro, « cuando en Madrid te sale verde ». El arte es también para Pilar García de Moreira una ocasión para el descanso. « Compongo por la noche, en silencio, cuando es fácil relajarse y dar rienda suelta a la imaginación. Me lleva tiempo el secado de las flores, que distribuyo entre revistas, cuyo papel absorbe la humedad ». Las flores, la botánica, la herboristería son para Pilar « una gran oportunidad para amar la naturaleza, para enseñar este amor a los más jóvenes ».