Skip to content Skip to footer

El Papa Benedicto XVI recordó, en el día en que la Iglesia inicia la Cuaresma, que este tiempo es « un camino hacia el gran encuentro con Cristo ».

« La Cuaresma es una renovado catecumenado en el cual vamos nuevamente al encuentro de nuestro Bautismo para redescubrirlo y revivirlo en su profundidad, para ser realmente cristianos », dijo el Pontífice durante su catequesis.

El Santo Padre recordó a los presentes que « la Cuaresma es un camino hacia el gran encuentro con Cristo » así como « ocasión para volver a ser cristianos mediante un constante proceso de conversión interior y de avanzar en el conocimiento y en el amor de Cristo ».

Sobre la conversión agregó que « no puede limitarse a un periodo particular del año: es un camino de todos los días, que debe abrazar todo el arco de la existencia, cada día de nuestra vida ».

« La Cuaresma –continuó– es la estación espiritual propicia para entrenarse con mayor tenacidad para buscar a Dios, abriendo el corazón a Cristo ».

Más adelante afirmó que « el sincero deseo de Dios nos lleva a rechazar el mal y a realizar el bien. Esta conversión del corazón es sobre todo don gratuito de Dios que nos ha creado para sí y en Jesucristo nos ha redimido: nuestra verdadera felicidad consiste en permanecer en Él ».

« Convertirse es buscar a Dios, ir con Dios, seguir dulcemente las enseñanzas de su Hijo, de Jesucristo; no es un esfuerzo para auto realizar uno mismo pues el ser humano no es el arquitecto del propio destino eterno », dijo Benedicto XVI.

Finalmente el Papa definió la conversión como un « aceptar libremente y con amor depender en todo de Dios, seguir con simplicidad y confianza al Señor ».

Tras su catequesis, el Papa saludó a los peregrinos de lengua española, especialmente a las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús; a los fieles de Albacete, Tenerife y Toledo; a los estudiantes de Cáceres y San Sebastián, así como a los peregrinos de Argentina, Chile y México.

« El período cuaresmal, que hoy comenzamos con el austero y significativo rito de la imposición de la Ceniza, sea para todos una experiencia renovada del amor misericordioso de Cristo. Aprendamos de Él a amar al prójimo, especialmente a cuantos sufren. Que la Virgen María nos acompañe en esta Cuaresma para prepararnos a revivir el misterio de la Pascua, revelación suprema del amor de Dios. ¡Buena Cuaresma a todos! », concluyó.