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María Fernanda y Rafael son originarios de Venezuela, y durante su visita al santuario han aprovechado la oportunidad de vivir una de sus tradiciones más familiares: el ofrecimiento de niños a la Virgen de Torreciudad. La pequeña Danae Lizette, de dos meses de edad, cuyo nombre se le puso en recuerdo de su abuela, ha sido ofrecida a Nuestra Señora con gran alegría de sus padres, que desconocían esta tradición.