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El domingo posterior a la solemnidad de la Asunción de la Virgen se celebra la festividad de Nuestra Señora de Torreciudad. El tradicional pesaje de bebés presentados a Santa María por sus padres fue el acto más emotivo de la jornada.

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Fiesta de la Virgen de Torreciudad 2015

Desde sus orígenes hace más de nueve siglos, Torreciudad ha puesto de manifiesto el protagonismo de las familias cristianas en el cariño a la Virgen María. En el siglo XI alzaron la ermita en honor a Nuestra Señora de Torreciudad a orillas del río Cinca y difundieron su devoción por los alrededores. La festividad de esta advocación mariana altoaragonesa se celebra el domingo posterior a la solemnidad de la Asunción de la Virgen, y en ese día revive una de sus tradiciones más entrañables: el pesaje y presentación de niños nacidos en el último año.

En esta ocasión participaron familias veraneantes en la zona procedentes de Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Zaragoza, Pamplona, Córdoba y Bélgica. También estuvieron representadas las cercanas poblaciones de El Grado, Artasona y Barbastro. En total 25 bebés, 16 niños y 9 niñas, con edades que iban desde los 15 días de vida de Begoña, de Madrid, hasta los doce meses y un día de Ariadna, de El Grado. Familiares y amigos acompañaron a los padres y a una abundante chiquillería a lo largo de una jornada con agradable climatología.

El nuevo rector del santuario, mons. Javier Cremades, celebró la misa con la que daban comienzo los actos y en la que cantó la soprano barbastrense Ruth Repáraz. En la homilía Cremades subrayó el carácter festivo del evento: “María está feliz con sus hijos, muy contenta en este día de fiesta familiar. Desde hace más de nueve siglos recibe en este lugar el cariño y la petición de protección de los vecinos de estas tierras. Felicidades Madre, y ayúdanos a querer con locura el fruto bendito de tu vientre, Jesús”.

Al término de la eucaristía las familias asistentes caminaron en procesión rezando el Rosario hasta la antigua ermita por el sendero de los Dolores y Gozos de San José. Llevaban la imagen peregrina de la Virgen de Torreciudad, copia exacta de la original, adornada con flores y colocada sobre unas andas de madera. Pudieron verse algunos vistosos trajes regionales ar