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Hace unos años mi hermana tuvo una crisis en su vocacion, y cuando me enteré me preocupé bastante por ella, como es natural. En ese mes se celebraba en Torreciudad la Jornada Mariana de la Familia, y pensé que era un buen momento para decirle que por qué no nos íbamos ahí con nuestra madre y aprovechábamos para estar juntas. Me costó convencerla, tuve que pedirle ayuda a mi madre, que se vino de la aldea para decirle que quería que fuéramos las tres ese día a Torreciudad, a lo cual ella aceptó, un tanto extrañada de que mi madre viniera a verla, pero dijo que sí.

Antes yo ya había hablado con mi madre contándole la situación por la que estaba pasando y le dije que hablara con ella, y me dijo que sí, que hablaría con ella para preguntarle cómo estaba y por qué quería dejar su vocación. Tengo que decir que muchas personas estaban rezando por esta intención.

Estuvimos ese día en Torreciudad, una jornada fantástica, y a partir de ahí, ya no volvió a dudar de su vocación, superó ese difícil momento y es una persona muy apóstolica y con un corazón muy grande. Tengo que agradecer este favor tan grande a la Virgen de Torreciudad, porque Ella fue la gran intercesora, y quiero dejar constancia escrita.

M.