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El cuadro “Alegoría del Sagrado Corazón” de
Torreciudad ha sido sometido recientemente a un proceso de conservación por el
equipo que
dirige la restauradora Amparo
Caballero Casassa. Dicha pintura se encuentra en
el salón-capilla abierta al
público de manera permanente en 2002, donde comparte protagonismo con una
exposición audiovisual sobre la vida y persona de san Josemaría Escrivá de
Balaguer, en conmemoración del centenario de su nacimiento.

Los
estudios previos sobre la obra pictórica han revelado que presentaba
leves arrugas y
ondulaciones, al destensarse el lienzo debido a los cambios de temperatura en
la habitación, así como acumulación de suciedad o partículas. Además, los mismos
estudios han permitido descubrir también que su capa pictórica contenía
goterones de barniz procedente de los angelotes que embellecen el marco junto a
detritus de insectos.

Dicha restauración se llevó a cabo el pasado mes de
junio, partiendo de la peculiaridad de que su autor, Federico Laorga, lo pintó
en 1976 “haciendo uso de manera muy personal distintos medios artesanos, tanto en
la preparación de la tela-soporte como por la técnica mixta empleada”,
explicaba Caballero.

El cuadro representa una alegoría del Sagrado
Corazón de Jesús de grandes dimensiones, coronado con la Cruz y una corona de espinas
con un haz de luz,  rodeado de cabezas
de  angelotes y ángeles músicos. Sobre
este están reflejadas las otras dos personas de la Santísima Trinidad:
El Espíritu Santo en forma de paloma sobre el Sagrado Corazón y las manos
extendidas de Dios Padre desde la parte superior del cuadro hacia estos.

En la parte inferior de la pintura hay dibujados dos
ángeles que sostienen sendas cartelas,
fechadas
en 1967,
donde está
descrito
el motivo de su realización y
procedencia. Los textos inscritos en dichas carteleras resumen el momento en
que San Josemaría encarga la pintura y que cuando esté realizada se coloque en
el Santuario de Torreciudad. En medio de estos dos ángeles se puede apreciar el
Santuario de Torreciudad y la
ermita. La disposición, encuadres
, perspectivas y dibujos
recuerdan sin duda alguna a las obras del Greco.

Según la restauradora existen referencias que
revelan que originariamente en lugar de ser una sola obra, “estaríamos hablando
de dos ya que la pintura actual parece estar ocultando, casi en su totalidad, a
otra, con similar iconografía”.

El motivo de este cambio vendría propiciado, en
definitiva, cuando san Josemaría llevado por la devoción al Sagrado Corazón de
Jesús, ante este  cuadro en Sevilla,
dispuso que se llevara a Torreciudad. Una vez allí, debido a la falta de
estética de los ángeles que rodeaban al Sagrado Corazón, los responsables del santuario
en aquel momento, decidieron encargar al pintor Federico Laorga que pintara
otros ángeles sobre los que ya estaban. Por tradición oral se dice incluso que
lo único que permanece del cuadro original