No era la primera vez que yo venía a Torreciudad. Un buen sacerdote de Pamplona, en mayo de 2022, el mes de la Virgen, me había invitado gustosamente a que visitara este lugar y pudiera así ofrecer mis intenciones a la Santísima Virgen María. Encantado accedí a venir, y esa vez me acompañó una amiga. Recuerdo ese día lleno de gracia, pero hacía bastante calor y desgraciadamente eso conllevó que un fuerte dolor de cabeza me impidiera disfrutarlo tanto como me hubiera gustado, de modo que me quedé con ganas de volver.
Tanto es así que, dándole vueltas a la cabeza hace unas semanas, pensando en volver a este lugar tan lleno de gracia, en el trabajo, mientras limpiaba una mesa, me encontré un folleto que ponía «Visita el santuario de Torreciudad». Y entendí claramente el mensaje de Nuestra Madre, llamándome de nuevo a visitarla de nuevo en esta su bella y santa casa. Así que he cogido mi coche y me he venido, esta vez solo, al encuentro con nuestra Madre.
Estos dos días que he estado aquí han sido reveladores. Llegaba con las dudas de alguien que busca LA VERDAD, que le busca a ÉL a través de ELLA. Y en cuanto he vuelto a ver el santuario y he pisado este sitio, la felicidad ha llenado mi corazón. Es un amor que se nota, y no solo en el ambiente espiritual, sino también a través de todas y cada una de las personas que rodean el santuario.
Regreso a mi ciudad con el intenso deseo de volver otra vez, para seguir experimentando en cada rincón de este maravilloso santuario la presencia de María, y para poner aquí todas mis intenciones, porque sé que son escuchadas por la Santísima Virgen.
Se respira paz y amor, y eso solo puede venir del Cielo.
Alberto