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El Orfeón Donostiarra obtuvo este fin de semana un memorable éxito en su participación en los 25 años del santuario de Torreciudad, con el Requiem de Fauré, y la Misa de la Coronación de Mozart.

Un numeroso público llenó la nave y el coro del santuario, para escuchar al Orfeón dirigido por José Antonio Sainz Alfaro y con Gerardo Rifón al órgano. Entre otras autoridades, asistieron el obispo prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, el Consejero de Cultura y Turismo del Gobierno aragonés, Javier Callizo, y el Justicia de Aragón, Fernando García de Vicente. La acogida entusiasta del público llevó al Orfeón a ampliar su programa, y según Sainz Alfaro «el público ha sido muy sensible, con un marco incomparable que da mucha alma y vida. El número de cánticos ha sido infinito y esto no siempre es posible, esto es cantar y hemos estado muy a gusto. La gente quería escuchar más».

El Orfeón Donostiarra viajó al Altoaragón acompañada por un numeroso grupo de guipuzcoanos, con una réplica de la patrona, la Virgen de Arantzazu. Después del concierto del sábado los asistentes pudieron ver la nueva iluminación exterior del templo, que ha contado con la ayuda –al igual que la actuación del Orfeón- del Gobierno aragonés y de la Diputación Provincial de Huesca. Asistieron también padres y alumnas del colegio Eskibel, de San Sebastián, que celebra su XXV aniversario. Javier Callizo destacó que «ha sido un concierto bellísimo y muy emotivo, en un escenario que cuenta con una acústica perfecta». El Consejero se refirió también «al empeño y la voluntad del beato Josemaría Escrivá de construir un lugar sagrado, con un gran contenido cultural y que contribuye a que Aragón sea cada vez más conocido fuera de España». Pedro Lapetra, Director General de Acción Cultural del Gobierno aragonés, dijo que «hemos escuchado al orfeón español más perfecto, es una sola voz, magníficamente dirigido, con la ejecución del Requiem, que es muy difícil, muy particular, que parece una canción de cuna con requiem». Según Lapetra el Orfeón Donostiarra ha intepretado a la perfección la visión de Fauré de la muerte como un tránsito pacífico y dichoso, no algo trágico».

Entre otros invitados, Germán Sanromán, secretario de UGT en Huesca, se refirió a los 25 años del santuario, «con esta actuación inolvidable» y que evidencia las potencialidades de la comarca. Pedro Santorromán, alcalde de Abizanda, destacó también la «unión del santuario con la comarca», al igual que los alcaldes de Secastilla, El Grado, Peraltilla o Graus. Bizén Fuster, diputado de la Chunta Aragonesista, incluyó al santuario «entre los recursos con que cuenta la comarca, junto a Guara, el Vero y la ruta del vino. Pero necesitamos mejorar las infraestructuras, y seguimos solicitando la unión entre los ejes del Vero y del Cinca». José Vicente Lacasa, Santiago Lanzuela, Luis Acín, Ferrnando García de Léaniz o Santiago Serena, presidente de la Audiencia Provincial de Huesca, destacaron también la importancia de la labor desempeñada desde el santuario en estos años, así como la calidad de las actuaciones ofrecidas por el Orfeón.

El director del Orfeón, José Antonio Sáinz Alfaro, añadió al final del programa un Ave María de Torreciudad, después del Ave María, de J. Busto, el Ave Verum de Mozart, el Salmo 43 de Mendelssohn, el Aita Gurea, de Madina, y el Aleluya, de Haendel. El director comentó «el ambiente tan recogido y espiritual, de acuerdo con