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Martin John Miller nació en Chicago hace 36 años. Tras cursar Ciencias Políticas en la Universidad de Ilinois y trabajar en Milwaukee y New York, viajó a Roma para estudiar Teología. El 1 de septiembre recibió la ordenación sacerdotal en el santuario de Torreciudad, junto a otros 36 diáconos de los cinco continentes.

Martin regresará a Estados Unidos para desarrollar allí su labor sacerdotal. Confía en que su trabajo, “junto con el de mis hermanos sacerdotes de EE.UU., contribuya a devolver la esperanza de los creyentes en la Iglesia”. “Voy con una gran ilusión, consciente de que tengo toda la ayuda para llevar adelante mi misión, sin confiar en mis fuerzas”.

Ahora que se va a cumplir un año de la tragedia de las Torres Gemelas, Miller recordó que este atentado “demostró la base cristiana que impregna a toda la sociedad estadounidense. La reacción general fue de solidaridad, de servicio, y de oración. Tras un golpe como ése, que te devuelve a la realidad, el 90 por ciento de los ciudadanos se declaró creyente”.

Las tareas de reconstrucción, las medidas de seguridad, los actos solidarios y las demostraciones de generosidad de la población neoyorkina, revelan la “tendencia al activismo que caracteriza a la sociedad estadounidense. Todo eso está muy bien, hay que hacer cosas por los demás, pero los cristianos deben recordar que la vida religiosa se basa en la oración, en la confianza en Dios”.

Martin Miller, sacerdote del Opus Dei, opina que la próxima canonización de Josemaría Escrivá será una alegría para los católicos de Norteamérica. “Allí a la gente necesita modelos de santidad cercanos, porque sino parece imposible. Sólo hay tres santos estadounidenses. Cualquier figura santa actual -como Edith Stein, Josemaría Escrivá o Juan Pablo II- resulta muy atrayente”. Resalta además su alegría y agradecimiento por recibir el sacramento del Orden en el año del Centenario de Josemaría Escrivá, en su tierra natal y en vísperas de la canonización, “a la que acudiré con un buen grupo de amigos”.

“La llamada a la santidad es un reto que hay que presentar como real, posible, a las personas normales, a aquellos que se levantan pronto para ir a trabajar, que tienen que despachar ante su jefe, que vuelven a casa y han de ayudar a sus hijos con las tareas o jugar con ellos, que han de hacer cuentas para llegar a fin de mes… El beato Josemaría Escrivá, pronto santo, dijo a esos que el Cielo no está tan lejos”.

En cuanto al futuro de la Iglesia en los Estados Unidos, Miller dijo que ahora “no se trata de lanzar teorías ni moralismos, sino de recuperar la predicación del Evangelio. Eso es lo que atrae a la gente. No el sacerdote, sino lo que dice en nombre de Jesús. Dios es un Dios de misericordia. Esa es la gran esperanza de los sacerdotes”.