En el centro del retablo de Torreciudad está la escena de la crucifixión del Señor. Jesucristo en la cruz ha entregado ya su espíritu. Tiene a su lado a su madre, Santa María, a la que acompaña el joven apóstol san Juan. El centurión y dos soldados romanos completan el cuadro, uno de ellos con la túnica de Jesús. Son imágenes inéditas, tomadas de cerca, expresivas del talento escultórico de Joan Mayné. Invitan a la meditación, a meterse en la escena como aconsejaba san Josemaría, a considerar la inmensidad del amor de Dios por los hombres, que entrega a su propio Hijo por nuestra salvación. Y a consolar a la Virgen, buscando en Ella también nuestro propio refugio.