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La organista Esther Ciudad, natural de Zaragoza, ha ofrecido hoy un concierto con ocasión del comienzo del mes que la Iglesia dedica especialmente a honrar a la Virgen María. El programa estaba integrado por la Sinfonía nº 2 del compositor francés Louis Vierne, una obra rica en armonías y creatividad. Intérprete habitual en Torreciudad, Esther está realizando un posgrado en la Universidad de las Artes de Gante (Bélgica), y una parte del examen es precisamente la ejecución de esta sinfonía.

El órgano es el único instrumento solista para el que se han escrito sinfonías, porque funciona como una gran orquesta. El órgano de Torreciudad, con sus 4 teclados manuales y pedalero y sus 4.072 tubos, permite al organista cambiar de planos sonoros y colores gracias a los registros y otros mecanismos, como por ejemplo, la ventana de expresión.

Este concierto ha permitido volver a escucharlo después de la limpieza, afinación general y diversos ajustes de precisión llevados a cabo recientemente por el Taller de Organería «Montserrat organers» de Collbató. Sus operarios emplearon cerca de 300 horas en este trabajo, bajo la dirección del Maestro Organero Albert Blancafort.