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Paloma Díaz Soloaga, doctora en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Complutense de Madrid y profesora de su Facultad de Ciencias de la Información y del Centro Universitario Villanueva, afirma que “comunicar a partir de la transparencia con todos y cada uno de los públicos, es la mejor manera de hacer crecer la imagen de marca de la empresa”. Esta actitud es “una auténtica tarea para los profesionales que se dedican a la comunicación”, según esta especialista, que intervino en un curso celebrado en Torreciudad.

Esta profesora explicó que “las relaciones públicas o Comunicaciones Institucionales maduran poco a poco en España”. En su opinión, “la escasa profesionalización del sector durante décadas ha hecho que sea un oficio, el de relaciones públicas, viciado desde su nacimiento: más relacionado con actividades de esparcimiento, fiestas, copas, encuentros, que con la sólida y experimentada tradición de persuasión y creación de opinión pública anglosajona”.

En el coloquio, Díaz Soloaga comentó que “la formación de portavoces, la elaboración de argumentarios, la planificación de lanzamientos de productos nuevos al mercado y la creación de planes de crisis potenciales de la institución son los servicios más reclamadas por parte de las empresas”.

Sin embargo, señaló que “el increíble potencial de los llamados lobbies (grupos de presión que pretenden influir en la configuración o reforma de leyes) en Estados Unidos y Reino Unido es prácticamente inexistente en España: tan sólo un par de empresas de comunicación ofrecen este servicio como reclamo para sus clientes, ya que ni estos ni aquellos han descubierto todavía su versatilidad”.

Ahora, “la verdadera revolución de las Relaciones Públicas supera la visión de la empresa como una herramienta únicamente orientada a la obtención de beneficios para los accionistas, para dejar paso a una visión más humana y por tanto más completa de las Relaciones Públicas”, explicó en el coloquio de Torreciudad.

Paloma Díaz Soloaga explicó que “la empresa debe preocuparse de todos los públicos que de alguna manera se relacionan con ella: empleados, proveedores, distribuidores, consumidores, comunidades locales, administraciones públicas (locales, regionales o nacionales), entidades financieras, medios de comunicación… como se puede apreciar esto supone una auténtica tarea para los profesionales que se dedican a la comunicación”.

Por eso “ya no es suficiente con enviar notas de prensa, ni con realizar encuentros anuales para los directivos o los accionistas de la empresa. No es sólo una cuestión ética sino que se trata del convencimiento de que comunicar a partir de la transparencia con todos y cada uno de los públicos, es la mejor manera de hacer crecer la imagen de marca de la empresa”.

Concluyó señalando que “tras esta visión de las Relaciones Públicas –o de la Comunicación Institucional- late un profundo sentido humano de la organización (ya sea ésta una empresa privada, institución pública o entidad sin ánimo de lucro) que ve detrás de cada “público” una persona”.