Simona nació en Rumanía aunque lleva viviendo en España más de once años. Le pidió a la Virgen de Torreciudad dos favores muy importantes para poder desarrollar su vida familiar y profesional: aprobar el carné de conducir y lograr la homologación oficial de su título académico. Esto nos cuenta.
Me llamo Simona, soy de Rumanía y tengo 35 años. Hace 11 años que vine a vivir a España, no porque viviera mal en mi país, gracias a Dios; vengo de una familia de intelectuales, mis padres tienen estudios universitarios y buenos trabajos. Vine porque el hombre con el que me casé vivía y trabajaba en España. No ha sido fácil dejar todo atrás, acomodarme y vivir lejos de mi familia, me costó mucho sufrimiento, lágrimas y dolor. Pero poco a poco, conocí gente maravillosa que me ayudó a superar el dolor y acostumbrarme a la nueva vida.
Tengo un hijo maravilloso de 10 años al que quiero con todo mi corazón. He pasado por un divorcio, por un montón de pruebas de la vida, pero en cada una de ellas he sentido la ayuda de Dios y de la Virgen María, Madre de Jesús. Poco a poco empezé a levantarme, a encontrar el camino por el cual quiero llevar mi vida. Hace dos años y medio solicité la homologación de mi diploma universitario. Tenía mucha fe en que lo iba a lograr y le pedía a la Virgen que me acompañe en cada paso que daba.
Hace unos meses atrás, me apunté a la escuela de conducir. Un fin de semana, visite el santuario de Torreciudad, y en la galería de imágenes de la Virgen encontré unas cuantas de mi país. Arrodille y le pedí a la Virgen que me ayudara en estos dos proyectos más importantes para mi desarrollo profesional que eran el carné de conducir y el reconocimiento de mis estudios. Y al salir hice una promesa: que en cuanto me saque el carné, el primer viaje que daré conduciendo, será allí y traeré un Icono con la Virgen para agradecerle su infinita ayuda y que desde dentro del sagrado sitio, nos proteja y nos cuide de todo lo malo.
Coincidencia o no, el día 26 de octubre 2017 por la mañana, aprobé el examen de conducir y en la tarde del mismo día, en el correo me esperaba el sobre desde el Ministerio de Economía con la respuesta favorable en reconocimiento a mi grado de Economista y con derecho pleno de profesar en España. No cabía alegría más grande en mi corazón. Al cumplir un mes desde que todo esto haya pasado, Dios y ustedes hicieron posible cumplir con mi promesa hacia la Virgen. Conseguí traer el icono a Torreciudad. Que Dios esté siempre con nosotros y que nos guíe nuestro pasos en los caminos más claros.