El volteo de campanas y una lluvia de pétalos de rosa recibió esta mañana en el santuario de Torreciudad la entrada de una réplica de la Virgen del Rocío, acompañada por varios cientos de peregrinos, llegados desde Sevilla, Huesca, Sabadell, Barbastro y otros puntos.
Los actos comenzaron con una concentración de los simpecados y peregrinos en El Grado, para entrar en procesión con la imagen. La misa rociera cantada por el Coro de la Casa de Andalucía de Huesca fue el acto central de la convocatoria, organizada para celebrar el Jubileo del año 2000 y el XXV aniversario de Torreciudad. La expedición andaluza incluyó en esta ocasión el trayecto de la Ruta Mariana para su viaje, y pasó la noche del viernes en Aínsa, para pernoctar hoy en Zaragoza. La fiesta rociera contó con el apoyo de la Hermandad de Sabadell, la del Cerro del Aguila en Sevilla y la Asociación Amigos de Torreciudad, de la capital andaluza.
Entre las impresiones recogidas esta mañana, destaca la de Juan José Roca, zaragozano que lleva treinta años en Sevilla, «con mucha nostalgia», y que confía en el AVE «para venir en cuatro horas». Chari explica que «he venido a ver si ganamos un poquito de indulgencia» y destaca la belleza de Aínsa. José Luis Expósito, ebanista sevillano autor del trono que lleva la Virgen, preparó el menú de la fiesta, a base de «caña de lomo, lomitos, embutidos, manzanilla de Sanlúcar y rebujito». El almuerzo tuvo lugar en los soportales de la explanada y por la tarde continuó la fiesta y se celebró un acto eucarístico en el santuario. Desde que en 1991 una réplica de la Blanca Paloma llegara al Altoaragón, cada año llegan numerosos peregrinos y andaluces residentes lejos de su tierra natal para venerar a su patrona, cuya copia se venera en la Galería de imágenes del santuario.